Onésimo fue el esclavo fugitivo de un cristiano griego llamado Filemón.
Tras huir a Roma, Onésimo conoció a Pablo y se convirtió al cristianismo.
Luego Pablo envió a Onésimo de regreso a Filemón con una carta (el libro de Filemón) en que explicaba la conversión de Onésimo y pedía a Filemón que lo recibiera como nuevo hermano en Cristo.